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Entrevista al Mtro. Juan Casasbellas

¿Qué significa para usted la ópera?

La ópera es para mí un milagro de la cultura humana: hasta donde sabemos, el primer género musical pluriartístico o pluridisciplinario en la historia de la música culta occidental. La ópera es varias artes combinadas en el mismo instante y en el mismo escenario: participan de ella cantantes, instrumentistas, directores musicales pero también lbretistas, directores actorales, iluminadores, vestuaristas, escenógrafos. Un mundo prodigioso que da cabida a muchos artistas diferentes. Una forma insólitamente bella y plural de narrar historias.


Usted es un director de experiencia…; cuál cree que es el mayor aporte que puede hacer como director y como músico en sí, a las nuevas generaciones?

Siempre creeré que toda experiencia debe conducirnos a un crecimiento interior positivo pues, antes que músicos, somos artistas, pero antes que artistas, somos seres humanos. Cualquier experiencia humana puede suscitar ese crecimiento interior, y la ópera no es excepción. Uno puede, compartiendo la experiencia acumulada en el género, aportar a las nuevas generaciones un saber que puede ser valioso para ellas: desde cuestiones rudimentarias del lenguaje musical y/o operístico hasta convenciones de ejecución, detalles de estilos, maneras de entender un texto que, literario en su origen, es transformado cuando se convierte en texto musical, etc. Pero el mayor aporte que un profesional puede –y debe- hacer es, creo, el aporte humano. Transmitir valores espirituales (siempre y cuando unolos tenga) y suscitar confianza, respeto, ansias de superación, etc.


Su paso por Buenos Aires Lírica que le ha dejado?

El de Buenos Aires Lírica fue mi primer cargo importante desde que regresé a Argentina luego de algunos años de vida en Francia y es realmente incalculable e inestimable todo lo que me ha dejado mi trayectoria en la asociación: pude acumular experiencias altísimamente positivas de tipo musical, profesional, social, humano; pude también, a través de casi cincuenta títulos, concretar ideas musicales e interpretativas junto a un coro de gran nivel, y transitar numerosos y variados repertorios y estilos; pude tomar contacto con artistas de enorme nivel y trayectoria y aprender mucho de ellos: maestros –musicales o escénicos- (entre otros, argentinos como Carlos Vieu y Javier Logioia y extranjeros como Rodolfo Fischer o Pedro Pablo Prudencio) y también cantantes solistas, todos los cuales nos beneficiaron generosamente con su talento, conocimientos y experiencias; pude aplicar aquí buena parte de lo adquirido en años de formación, y también tuve a cargo la dirección musical general de algunos títulos.


Se ha sumado a un trabajo nunca antes llevado a cabo en el continente, como es la red de ópera independiente, como director principal. ¿Por qué cree que este sistema de colaboración es lo que se necesita en el medio hoy en día?

Comienzo respondiendo, de forma general, algo que ya anticipaba en mi respuesta a la segunda pregunta: antes que músicos, somos artistas, pero antes que artistas, somos seres humanos, todos embarcados, en última instancia, en una misma nave que necesitamos guiar a puertos favorables, por el bien de todos. De ahí la importancia de la solidaridad, la reciprocidad, la ayuda mutua, el trabajo conjunto, en unión. Considero muy importante –especialmente en un mundo lleno de realidades negativas- que toda actividad a la que nos consagremos tienda a la exaltación de virtudes humanas.

En cuanto a la realidad operística en sí, veo que en numerosos países existe, en forma paralela a la actividad lírica oficial de cada uno de ellos (teatros, temporadas y elencos líricos con sostén del estado, municipio, etc) una generosa cantidad de emprendimientos independientes que se esfuerzan por surgir, por crecer, por darse a conocer y popularizarse, con recursos que van desde lo abundante hasta lo minúsculo. Estoy cien por ciento convencido de que la unión y la unidad entre estos emprendimientos, la solidaridad mutua y la colaboración recíproca pueden beneficiar y hacer crecer enormemente a todos ellos sin ningún efecto colateral negativo.


¿Cuáles son los aspectos que considera que llevan a separar y estancar la opera actual?

Esta es una pregunta que alude a emociones humanas inconvenientes. Muchos seres humanos, carentes de un acceso no ya a emociones elevadas sino sencillamente a ideas elevadas, transitan sus vidas dentro de un ánimo de competencia que los hace penar por el éxito de algunos ‘competidores’ o disfrutar el fracaso de otros. La idea de ‘competencia’, de ‘competir’, se vuelve negativa y dañina cuando se vive como la necesidad de superar a otros o, mejor dicho, de que estos otros fracasen para que a mí me vaya bien. Justamente la ignorancia de los principios de reciprocidad y solidaridad entre pares llevan a numerosos emprendimientos –así como a particulares- a una situación de estancamiento y aislamiento que los perjudica grandemente.

La ópera actual puede, además, verse estancada por las audacias de algunos puestistas que buscan destacarse suscitando reacciones encendidas y sirviéndose de la ópera como herramienta de catarsis psicológicas que convendría realizar en un consultorio psiquiátrico.

También sufre hoy el género lírico por constituir un tipo de espectáculo que ya no es fácil de disfrutar para muchos miembros de jóvenes generaciones (y algunos de las no tan jóvenes), pues vivimos una época de velocidad y necesidad de estímulos rápidos, superficiales, en constante renovación y creciente cantidad y energía. La persona que vive consultando su teléfono celular cada dos minutos, para enviar un mail, enviar un mensaje, verificar su cuenta de Facebook, Tweeter u otras redes sociales, ver las abundantes imágenes o videos que sus contactos le envían a diario, y que hace otro tanto con la computadora, con acceso a los vertiginosos estímulos visuales y sonoros que la TV y la internet proponen, etc etc, encuentra dificultad para concentrarse dos horas y media en un teatro mirando siempre en una única dirección –hacia el escenario- y oyendo una música de factura compleja con contenidos argumentales.


Dentro de los títulos elegidos para comenzar con el programa de Opera escuela, que es el primer paso para la formación de agrupaciones que integran la red, está Dido & Aeneas, que expectativas de trabajo tiene con esta ópera y este nuevo sistema?

Estoy sumamente entusiasmado con Dido!! Una de las óperas barrocas más significativas, de música deliciosa y contenido profundo (los coros son abundantes y bellísimos!). Me parece además que se trata de una elección más que acertada para un programa como el de Ópera escuela, pues Dido & Eneas es un título de acceso relativamente sencillo, con moderada cantidad de personajes, un lenguaje atractivo y sin dificultades invencibles, una sección coral, como decimos arriba, abundante, y también entretenida, que da cabida a muchos artistas, y un argumento de poca complejidad. Un título muy conveniente para cualquier primera experiencia que se proponga abrir puertas e iniciar caminos, inserto en una propuesta sistémica de notable eficacia, generosidad y sentido común: un trabajo que comienza con una etapa de clases magistrales y talleres mediante los cuales se conforman elencos y equipos locales, continúa con la participación de un equipo de producción especializado que realiza conjuntamente con el elenco local una primera producción para, posteriormente, supervisar a distancia la segunda, desempeñándose en lo sucesivo como guía y tutela para ulteriores proyectos.


La ópera antigua no es de lo más popular, pero el título suele ser convocante; ¿qué aspectos considera que son importantes a desarrollar en este estilo, teniendo en cuenta que muchos de los integrantes del elenco serán principiantes?

La música barroca está, como todas las anteriores y posteriores, sujeta a reglas de interpretación que es importante conocer y dar a conocer –reglas que son, a su vez, sometidas a constante revisión y discusión: la forma de entender y tocar esta música ha sufrido modificaciones insólitas con el paso de las décadas y los siglos. Es importante, por consiguiente, diferenciarla de otros estilos y épocas, y hacer comprender a los jóvenes que se inician que esta música no se canta –ni se toca- como uno haría, por ejemplo, con la de Donizetti. Me gustaría tender a un estilo declamatorio fresco y flexible.


El trabajo solidario es una de las bases de la fundación a la que se ha incorporado, por qué considera que es importante este aspecto?

Como decía más arriba, considero importante compartir con otros seres humanos la noción de que el trabajo solidario, conjunto y recíproco es infinitamente más benéfico para todas las partes que el emprendimiento solitario, aislado e individualista. Vivimos en un mundo con contradicciones y antagonismos, en el que muchas personas apuestan a la unidad y a la solidaridad en cualquier campo en el que se desempeñen, mientras muchas otras apuestan, en cambio, a la división, la discordia, las diferencias. Me interesa lo primero, porque es de esa manera como se multiplican las posibilidades para todos, apuntando así al cimento de sociedades más justas y equitativas. Creo errónea y lamentable la noción de que mi éxito debe sustentarse en la falta de éxito de otros, la convicción de que puede irme mejor a mí si le va peor al otro, el deseo del fracaso del otro, etc.


Es posible que la ópera llegue a ser verdaderamente inclusiva?

Sin duda. La ópera es, como muchos otros géneros, susceptible de renovación y adaptación a épocas y lugares. Correctamente encarada y enfocada, puede volverse un tipo de arte inclusivo.


Si hoy pudiese elegir dirigir la ópera de sus sueños en el lugar de sus sueños, donde sería y que ópera sería?

Maestro Juan Casasbellas - Director musical oficial de la temporada 2018 de Lyric Soul

Pregunta brava: elegir un sólo título no es sencillo, pues son muchos los que me gustan. Podría ser el “Macbeth” de Verdi. En cuanto al lugar.... bueno, hay una parte mía que disfruta de los lugares convencionales y afamados, de manera que me encantaría dirigirla en el Teatro Colón o en la Opéra Garnier! Pero disfruto por igual –y acaso más- en muchos de los mal llamados auditorios ‘alternativos’. Un proyecto solidario que se dirija a generaciones jóvenes, a ámbitos carenciados y/o sin acceso a estas culturas, que sea formativo, edificante, transmisor de conocimientos pero también de valores, me atrae infinitamente más que cien Colones.

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